Conversatorio FILBO 2019: ¿Cómo nos estamos contando?: Panorama del cine colombiano actual

Por: Liliana Zapata

El pasado domingo 28 de abril a las 1:00 de la tarde en el Salón FLBO Talleres 3, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá – FILBO- 2019, se llevó a cabo el Conversatorio: ¿Cómo nos estamos contando?: Panorama del cine colombiano actual, moderado por Diana Ospina Obando y en el que participaron Pablo Roldán y Jerónimo Rivera, todos miembros del Círculo de Críticos y Comentaristas de Cine de Bogotá –CBCine- y críticos activos de la revista de cine del mismo Círculo: Cero en Conducta.

De Izquierda a derecha: Pablo Roldán, Diana Ospina Obando, Jerónimo Rivera

El conversatorio enfocado en cine colombiano, como lo hace claro su nombre, comienza tratando de entender si existen tendencias actualmente en nuestro cine. Al respecto, Jerónimo Rivera dice que aunque hay muchas, sí es claro que anteriormente el cine colombiano era contado desde Bogotá principalmente, y que la Ley 814 de 2003 de cine, permitió que éste se expandiera por los diferentes territorios del país, aclarando que, sin embargo, hay muy poco cine de tradición y hay un desconocimiento del cine del país. En contraste, Pablo Roldán menciona que para él, hay más vigor en el cortometraje nacional que en el largometraje, y en aquellos, sí podría hablarse de tendencias, particularmente de una que parte de la idea de irse contra el cine como espejo, o uno que busca solo contarse desde la propia realidad.

En cuanto a temáticas, se busca responder la pregunta acerca de si el cine colombiano tiene alguna línea común. Jerónimo enfatiza que el cine colombiano es predominantemente urbano, con la violencia contada desde puntos de vista diferentes, y actualmente, con una visión del pos conflicto, contada más desde los actores de la guerra. Éste aduce que algunas películas son hechas con un foco para participar en festivales, mientras otras cuentan temáticas más mundanas dirigidas al gran público, que busca ahondar en el folclore colombiano, con una pretensión claramente más comercial. Pablo menciona en cuanto al mismo tema, que el cine colombiano está muy cerca al ensayo audiovisual, y que ha combinado la intimidad o los secretos de una familia con el universo nacional. Un ejemplo para él de esta temática, sería “La Parábola del Retorno” (2016), de Juan David Soto. Otro contenido que para éste, también atrae a los realizadores actuales, es la juventud, como lo ilustraría bastante bien, “Apocalipsur” (2007) de Javier Mejía.

Adicionalmente, Jerónimo menciona que el cine colombiano es heredero del Neo Realismo Italiano y de la Nueva Ola Francesa y que además, las fuentes de financiación en Colombia como el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y los festivales de cine, sobre todo los europeos, marcan la tendencia de las temáticas, porque aunque no está escrito, suelen financiarse las que están más en la línea del pos conflicto o aquellas que privilegian la agenda política del país. Pero paradójicamente, las películas más vistas por los espectadores, son las comerciales y folclóricas más que las más elaboradas o profundas. Éste, señala que la ley de cine del país debe cambiar y no puede ser una que privilegie exclusivamente la producción sin fortalecer la distribución, la exhibición, la formación de públicos y la formación de nuevos realizadores. Pablo en este sentido, menciona que estos últimos, están en la tendencia actual de que siempre quieren reinventarse y reinventar el cine colombiano, y cada uno piensa que ha encontrado la fórmula y cuando todos rechazan la nueva tradición, cada película cree iniciar la tradición del cine de nuevo, lo cual es un camino dañino y peligroso.

En cuanto al papel de la crítica en esta industria y algunos títulos que puedan recomendar, Jerónimo expresa que un crítico de cine es un espectador más  informado en cine que otras personas, y que la crítica solo debería dar pautas a otros para abordar una película con una misión pedagógica, es decir, enseñar a otros para que puedan ver las películas más allá solo de sus tramas. En cuanto al mismo tema, Pablo expone que la crítica es la respuesta a las películas. Adicionalmente, recomienda los cortos de Franco Loli: “Como Todo el Mundo”, (2007) y “Rodri” (2012) y “El Sabor que nos Queda” de Mónica Bravo.

Es cierto entonces que el cine colombiano existe, con temáticas disímiles sí, pero también con ganas de abrirse camino y de pensarse diferente, de hacer nuevas cosas, de ir tras retos y logros más grandes que los obtenidos hasta ahora, y que el papel de la crítica como lo mencionaban Jerónimo y Pablo, tiene que ver con esto, pues la formación de públicos de la que estamos llamados a ser parte, puede catapultar o sepultar todo un cine, si el espectador no está preparado para lo que verá o está demasiado acostumbrado a ver lo mismo, lo que hace que reconocer un cine diferente de fondo no sea tan sencillo. El cine colombiano sigue afortunadamente, sin embargo, es un público receptivo y de mente abierta el que signará su futuro y el nuevo rumbo que éste tome. Ponemos nuestras esperanzas en que este público le dé la oportunidad que merece, para que continúe haciendo grandes cosas como algunas de las que hemos visto hasta ahora.

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